Aunque muchas veces nos parece que son algo completamente ajeno a nosotros y solo decorativo, la verdad es que los colores y las luces que tenemos en nuestra casa nos afectan nuestro estado de ánimo e, incluso, a nuestro cuerpo.
De hecho, existe una ciencia llamada fotobiología que se dedica a investigar como la iluminación artificial y sus colores influyen en nuestra capacidad cerebral, y en nuestra energía personal. A raíz de sus estudios se ha demostrado como la falta de iluminación nos impide percibir los colores como en realidad son. Y esto puede tener consecuencias en nuestro ánimo con la aparición de, por ejemplo, trastornos de depresión o ansiedad.
Si queremos sentirnos animados en nuestra casa es importante que intentemos tener una luz lo más parecida a la natural posible. Para eso, los expertos recomiendan olvidarnos de las lámparas incandescentes tradicionales y pasarnos a las FullSpectrum, luces de última generación que nos proporcionan una luz pura, blanca. Con ella podremos apreciar los matices reales de los colores que nos rodean.
El efecto de las luces y los colores en nuestra salud es tal que incluso podemos hacer con ellos una terapia que nos aportará grandes beneficios a nuestra salud mental y física: la conocida como fototerapia. Hoy en día esta disciplina científica está tan avanzada que incluso existe la opción de hacerla en nuestra propia casa, si nos podemos permitir el coste de las lámparas necesarias.
De igual modo, el efecto de la luz se usa en especial en caso de problemas dermatológicos desde hace décadas. De hecho, hoy en día la fototerapia se ha convertido en uno de los pilares básicos del tratamiento de la psoriasis crónica, que se resiste a los tratamientos tradicionales. En este caso, se basa en rayos ultravioleta B, y se administra en los hospitales, con un riguroso control por parte de un dermatólogo de la luz que se aplica a los pacientes.
El efecto de la luz es tan importante en el tratamiento de enfermedades de la piel, que también se puede emplear esta fototerapia para tratar otros trastornos cutáneos especialmente complicados, como el vitíligo y los eccemas.
Así pues, podemos realmente considerar que el efecto de la luz, en sus diversos colores, sobre nuestra salud es muy variado: desde provocar trastornos psicológicos, a ayudar a curarnos enfermedades físicas y emocionales.